Las personas que pudieron
disfrutar de los canadienses en Wacken este año sabían que no podían faltar a
su actuación en Madrid, pero desconocíamos si la capital iba a saber recibir a
Annihilator como se merecían. La visita de la banda estaba motivada por la
publicación, a finales de agosto de este año, de su decimocuarto álbum de
estudio Feast. Los minutos previos al
inicio ya mostraban una sala prácticamente llena y con muchas ganas de thrash y
de liarla de todas las formas posibles. A la gente tampoco parecía importarle
que la formación tenga innumerables cambios cada poco tiempo, mientras sigan
dando zapatilla de la buena el grupo tendrá una importante horda de seguidores
que no les fallarán.
La fiesta se iniciaba con
nada más y nada menos que con uno de sus temas estrella, “Alison Hell” y a
continuación caía “W. T. Y. D.”, la locura en la sala estaba ya desatada y no
pararía hasta el final. Con el sudor como acompañante de los asistentes el concierto
continuaba con “Knight Jumps Queen”, “Reduced to Ash”, “Set the World on Fire”,
“Refresh the Demon”. Con “Never, Neverland” daban algo de tregua al público
para tomar aire y atacar de nuevo con “No Zone”, “Bliss”, “Second to None” y “I
Am in Command”. El último respiro que daba Annihilator antes de terminar el
concierto vendría con la tranquilidad de “Phoenix Rising” y “Snake in The
Grass”.
Con un solo de batería
finalizaba, por decirlo de alguna manera, la primera parte del concierto donde
los de Canadá se habían centrado en temas de sus primeros discos, Alice in Hell (1989), Never, Neverland (1990), Set the World on Fire (1993), King of the Kill (1994) y Refresh the Demon (1996).
Con “No Way Out” y “Smear
Campaign” por fin nos ofrecían en directo algo de su último disco. El final se
iba acercando con “Time Bomb”, “Ambush” y “Deadlock”. La banda sale unos
minutos del escenario para terminar de rematarnos con “Ultra-Motion” y “King of
the Kill”.
Que a nadie se le ocurra
poner en duda de que Annihilator ofreció el mejor concierto, o uno de los
mejores, del año en las salas de Madrid, si te lo perdiste sólo te queda
llorar. Para que esto pudiera ser realidad hay que mencionar que el público no
se guardó ni un gramo de energía y arrasó la pista con los pogos y circle pit
constantes, e incluso, más de uno se atrevió a hacer crowd surfing. Todo pasó
demasiado rápido. ¿Qué más se puede pedir cuando la banda, el público y el
sonido de la sala son de sobresaliente?
La Sala But de Madrid está
totalmente desaprovechada para los conciertos, puede ser el escenario perfecto
para grandísimas noches de rock and roll.
Para finalizar queríamos
mostrar unas palabras de solidaridad con Annihilator y sus ayudantes que
sufrieron un accidente de tráfico de camino a Barcelona y no pudieron actuar en
la ciudad Condal el día después. Nos alegramos de saber que están bien.
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