17 de junio de 2013

Crónica del Sonisphere, Auditorio Miguel Ríos de Rivas Vaciamadrid (Madrid), 31/05/2013



Un solo escenario, un nuevo formato de festival, compacto, intenso, sin descanso,  en una única jornada de heavy metal  con un running order discutible y alguna otra pega, esperaban a los más de 20.000 metaleros que acudimos al recinto a disfrutar de un gran festival. 

El tempranero horario de viernes no nos permitió disfrutar de los primeros shows de la tarde. Tras entrar en el recinto, esperar un buen rato por un par de bocatas y un mini de oro líquido, conseguimos meternos en el anfiteatro una vez empezado el concierto de Ghost. Aprovechamos ese rato para disfrutar de los bocatas y la cerveza, y no de un aburrido concierto del grupo de moda en el panorama internacional, que aburrieron hasta la saciedad. El Papa Emeritus II presentó su último LP que no cuajó en el público, que contaba los minutos que quedaban hasta el inicio de la Doncella de Hierro.



Iron Maiden

A pesar de retrasar un poco la hora del concierto, las 9 de la tarde no es hora para que salgan los Maiden al escenario con “Moonchild”  y un sol cegador a la derecha del escenario. Un comienzo soleado y ventoso con un mal sonido que deslucieron grandes temas como “Can I play with Madness”, “Two minutes to midnight” o “Afraid to shoot strangers”. Según avanzaba la luna, el sonido mejoraba y la magistral pareja Dickinson-Harris no dejaba de saltar y correr, hacían las delicias de un anfiteatro casi lleno que respondía  al unísono a los “Scream for me Madrid!” de Bruce.

“The Trooper”, “The number of the beast”, “Run to the hills”, “Wasted Years”¿Qué más se puede pedir? Que los tres hachas se entrelacen en “Seventh son of a seventh son”. Que Nicko McBrain aporree su batería acompañada de llamaradas y fogonazos. Que se sucedan Eddies en cada canción. Que se calle Bruce para escuchar un “Fear of the Dark” escalofriante por parte del público. Bestiales… Simplemente Iron Maiden.

En el bis pudimos escuchar “Aces High”, “The Evil that men do” y cómo no, “Running Free”. Un gran concierto en general, con algún aspecto mejorable pero que hizo disfrutar a todo aquel que pagó la entrada. 



Anthrax

Sin duda alguna los triunfadores de la noche. Desde el primer momento dejaron claras sus ganas de reventar el escenario con “Among the Living” y “Caught in a Mosh”. Unos hiperactivos Scott Ian, Joey Belladona y Frank Bello, secundados perfectamente por un Charlie Benante atronador, que hicieron agitar las cabezas de los presentes hasta rozar el esguince cervical. “I am the Law” e “In the End”, dieron paso a una celebradísima versión del “TNT” de los ACDC.

Con “Got the Time” homenajearon a los grandísimo Dimebag Darrel y Ronnie James Dio, cuyos rostros presidían el escenario. Momento emotivo que se completó con otro recuerdo al recientemente  fallecido Jeff Hanneman tocando los primeros acordes de “Raining Blood”.

El éxtasis llegó cuando el público entregado jaleaba el mítico “Antisocial” con el que se despidieron unos grandísimos Anthrax a los que esperamos volver a ver pronto en la capital.



Megadeth

Después del subidón de sus compañeros del Big Four, Mustaine y los suyos tuvieron un comienzo apático con un “Trust” y “Hangar 18” deslucidos con un mal sonido. Presentaron un setlist un tanto extraño en el que no cuajaron temas más nuevos como “Kingmaker” y “Public Enemy No.1” en los que luchábamos por escuchar la voz y la guitarra de Mustaine. Difícil iban a tener levantar el show.

No obstante, por momentos lo consiguieron con los grandes clásicos “Countdown to Extinction” y “Sweating Bullets”. El concierto fue mejorando a pesar de las pantallas en las que se sucedían imágenes bélicas muy yankees que no aportaban nada al show. La cosa siguió con un enorme Chris Broderick a la guitarra que prácticamente se come a Dave con sus solos que levantaron a un público con “Symphony of Destruction” y “Peace sells”, para terminar con el bis de “Holy Wars” que finalmente dejaron con buen sabor de boca a lso presentes tras un comienzo dubitativo.



Avantasia

Tras tres cuartos de hora de retraso, apareció Tobias Sammet al escenario sorprendido de ver el anfiteatro tan lleno a las 2:45 de la mañana, y es que fue difícil asumir un concierto de Avantasia después tanto trash. No obstante los muchos que decidimos aguantar, disfrutamos de un conciertazo en toda regla con muchos invitados al escenario que nos hicieron disfrutar y mucho de lo que, según Tobias, fue una pequeña idea de lo que es Avantasia. Realizaron un setlist más corto de lo habitual para poder disfrutar del proyecto pero fue muy acertado, revisando sobre todo su primer disco.

El primer ilustre en aparecer fue Ronnie Atkins (Pretty Maids) para acompañar a Sammet en “The Scarecrow”, seguido de Bob Catley (Magnum) en “The Story ain’t over”. El nombre más celebrado por los fans fue sin duda Michael Kiske (Helloween) que arrolló sobre el escenario formando una gran pareja con Tobias. En “Farewell” tuvo una actuación estelar la corista principal de la banda Amanda Sommerville que continuó con la gran voz de Eric Martin (Mr. Big) y el temazo “Dying for an Angel”.

Como colofón de un festival que tocaba las 4 de la madrugada, Tobias Sammet, que estuvo espectacular todo el concierto, reunió a todo el elenco de voces sobre el escenario para cerrar con “Sign of the Cross/The Seven Angels”.



En resumen, fue un gran festival con grandes bandas, que suponemos debido a la crisis se vio reducido y que esperamos que vuelva a celebrarse en ese gran recinto pero con más escenarios y más bandas y sin Black Circle: esa zona VIP a casi 100 euros que se suponía “Sold out” y que no dejaba disfrutar a los presentes de un buen lugar cercano al escenario, a pesar de los grandes huecos que presentaba.




Texto y fotos: Jor Rocket

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